sexta-feira, 13 de junho de 2008

Un encuentro muy particular con Duilio Poggi Gómez


Todo comenzó cuando iba a visitar a mis abuelos paternos fallecidos y que están enterrados en el antiguo cementerio “Prebístero Maestro”. Ese recorrido siempre lo hacía desde que tenía uso de razón, y que fue incrementándose a través de los años. Nunca conocí a mis abuelos, puesto que fallecieron muy jóvenes. Solo los conocía por el nombre que aparece en las lápidas y de los lejanos recuerdos que dejaron huella en mi padre. Quien tiene familiares enterrados o han visitado el cementerio pueden dar crédito de un camposanto que mas parece un museo por las decoraciones de mármol que poseen, los mausoleo de las familia que en antaño tuvieron mucho dinero, y por la infinidad de tumbas de peruanos ilustres, podemos encontrar a quienes han sido presidentes de la República, políticos, escritores, religiosos.

El Prebístero Maestro tiene en su puerta principal la Cripta de Los Héroes, en donde reposan nuestros ilustres héroes que murieron en defensa de nuestra patria. El recorrido que necesariamente tenía que realizar era pasar por dicha puerta. Todavía no había ingresado al Colegio Militar y frisaba los 9 años de edad, quien ya estaba en el “Leoncio Prado” era mi hermano mayor que ingresó en el año 1977, y en una de las visitas que realizábamos, mi hermano reconoció la tumba del cadete Duilio Poggi Gómez, Es una tumba que está ubicada en la parte derecha ingresando por dicha puerta y está a pocos metros de la Cripta de los Héroes, ubicada en el suelo y está completamente escarchada de cemento con una gran cruz. Nos comentó que era el cadete héroe del colegio militar, que por defender el honor de una dama había fallecido en el lejano año de 1946. En aquel momento mis padres y hermanos nos detuvimos a observar la tumba y rezarle una plegaria por su alma. Después de forma espontánea le dejé encima de su tumba una flor y le hice el saludo militar diciendo: “Hasta otro día cadete”…

Desde aquel momento, se no hizo una costumbre realizar ese pequeño homenaje. El tiempo pasó, al año siguiente ingresó otro hermano y posteriormente hice mi ingreso al Colegio Militar “Leoncio Prado” en el año de 1982. La vida dentro del colegio transcurrió con nuevas vivencias y que hasta ahora cualquiera de nosotros guarda con mucho cariño. Lo recuerdo claramente como si fuera el día de hoy, ya estaba cursando el quinto año (1984) mas reposado por ser una “vaca” y no tener que dar cuenta a los otros años. Estaba caminando de regreso a la cuadra de los técnicos (5to. Año), con el uniforme de aulas con dirección al pabellón Duilio Poggi, cuando de pronto el Sub-oficial Esteves me da la voz de alto y me señala para salir de comisión. “Cadete tiene quince minutos para cambiarse en uniforme de salida portado un mauser…” Hice lo que tenía que hacer, cumplir con la orden. Mientras iba a la cuadra me preguntaba el por qué de mi elección. Formamos una pequeña compañía en el patio de honor para luego subir al ómnibus que no llevaba al lugar en donde teníamos que rendir homenaje. En aquel momento pensé que podría ser un homenaje a nuestro Patrono Leoncio Prado, puesto que en esa fecha se conmemoraba la semana del Colegio. Pero grande fue mi sorpresa al llegar al cementerio Prebístero Maestro y bajar en la puerta en donde siempre comenzaba mi recorrido para visitar a mis abuelos, todo se me hacia familiar. El sub- oficial nos hizo formar delante de la tumba de Duillo Poggi, mis ojos no lo podían creer, estaba dentro del grupo de cadetes haciendo un homenaje vistiendo el uniforme que en su momento él vistió. Terminado el acto con palabras de exalumnos que cumplían Bodas commerativas, fuimos trasladados al parque que lleva el nombre de nuestro héroe leonciopradino y que está ubicado al final de la Av. Salaverry con la Av. Del Ejército en el distrito de Magdalena, el lugar conocido como “La pera del amor”. Se hicieron discursos de orden para luego hacer un pequeño desfile a cargo de la compañía de cadetes, en la cual era parte. Terminado los actos y de regreso al colegio no salía de mi asombro, tiempo después comencé a pensar de lo sucedido, Creo que no fue algo fortuito estar presente, fue Duilio Poggi quien quería que esté presente en su homenaje. Ello es un bonito recuerdo que llevo conmigo y alguna vez lo he comentado con ex cadetes de otras promociones, ese “amistad” continúo a través del tiempo, colocándole siempre una flor, recuerdo que lo seguí haciendo después que acabé el colegio…